Alejandro Giorello Varela tiene 81 años de vida y hace cuatro décadas que es protagonista de la vida política de Lavalleja. Productor agropecuario, dirigente gremial y social, fue edil, intendente y secretario general de la Intendencia. Es el padre político del ex diputado e intendente Mario García. En mayo pasado vio perder a su Partido Nacional por primera vez en el departamento.
En entrevista exclusiva con Serrano, invita a los principales dirigentes del Partido Nacional a volver a sus casas y promueve que surjan nuevos liderazgos en el partido de Oribe.
Pablo Melgar / Natalia Gorgoroso
SERRANO: Pasados los días y con la posibilidad de procesar lo que sucedió en las elecciones, ¿qué evaluación hace de los resultados y porqué creé que se dio el resultado que tuvimos?
Alejandro Giorello: Yo, primero que nada, pienso que el Partido Nacional en Lavalleja es muy fuerte. Se dio lo que se dio por las malas actuaciones de los dirigentes principales, que incurrieron en actos que no le gustaron nada a la gente. La gente: o votó al Frente Amplio o no votó. Fijate que, entre votos anulados, observados y a lema, hay 3.000 votos en Lavalleja. Los del Frente Amplio estaban desesperados por la Intendencia, así que ahí no vas a encontrar votos anulados ni observados. El Partido Colorado, ponele que 40 o 50 votos. O sea, que hay casi 3.000 votos que son del Partido Nacional y que no votaron por no creer en las actuaciones que han hecho los dos políticos, el político que supuestamente iba a ganar. Entonces, perdimos por la mala actuación de los dirigentes políticos.
S: Cuando habla de dirigentes que no actuaron bien. ¿A qué se referís?
A.G.: Me refiero a que algunos tenían que estar y no estuvieron por el ego, de que querían ser candidatos, y si no lo eran, se quedaban en sus casas. Fijate que una candidata a quien el partido le dio la oportunidad de ser diputada por cinco años, que está en el Palacio ganando muy bien, como no fue candidata, se quedó en su casa. Y perdimos por 90 votos. Se dio un cúmulo de errores. Hubo gente, como por ejemplo Carol Aviaga y los grupos que la siguieron, que sí, sabiendo que perdíamos, igual trabajaron por el partido, hablaron con las alcaldías, hicieron comités en todo el interior. Trabajamos por el partido, no importa si perdíamos. Pero hubo gente que si no era candidata, no trabajaba, se quedó quieta en su casa. Frente a eso, se produjo lo que se produjo.
S: ¿Considera que Carola Aviaga, como líder de esa oposición que se formó del PN, actuó de buena manera?
A.G: Carol ofreció su lugar a dos fuertes dirigentes, uno para que fuera diputado y el otro intendente, y ella iba en segundo o tercer lugar de cualquiera de las dos listas. Uno dijo “no, yo si no soy candidato a Intendente no voy”, y el otro dijo “no, yo si no soy candidato a Intendente no voy”.
S: ¿Quiénes eran esas personas?
A.G: Fue una reunión que tuvimos con Alexandra Inzaurralde y Víctor Herbzerg. Los dos querían ser candidatos a Intendente. Y bueno, Carol dijo “si no son ustedes, iré yo”. La Convención eligió a ella y a Mario, y el ego fue más fuerte que la responsabilidad de ser partidario del Partido Nacional.
S: En el caso de Mario (García), ¿en qué cree que se equivocó?
A.G: Se equivocó desde que comenzó. Yo estuve un año con él y me fui (de la IDL), predije seis meses antes que aquello iba mal. Me fui porque vi que la cosa no marchaba y que realmente había gente que lo estaba asesorando muy mal. Hubo gente de la (lista) 58 vieja, la verdadera, la que nosotros fundamos con el Bolita Leis, que trabajó por Mario durante cuatro elecciones. Y una vez que sale intendente, se rodea de gente de otros grupos, ninguno de los 58 que lo ayudó en todas las campañas políticas. Eso molestó mucho y mucha gente después no lo votó. Esa gente vieja no votó a Mario. Él cometió errores muy grandes que, en definitiva, fueron los que lo castigaron.
S: ¿Uno de esos errores fue el acuerdo con Adriana Peña?
A.G: Uno de esos fue el acuerdo con Adriana Peña, sin lugar a dudas. Ahí la gente vio que había dos dirigentes políticos a los que les importaba el puesto para ellos, no el partido. Y eso los castigó. El otro castigo fue gastar un millón de dólares en unas letras de lata cuando debajo tenés un barrio que es el más pobre, el más humilde y el más carenciado de toda Lavalleja, donde podías hacer mil cosas con un millón de dólares en ese barrio.
S: ¿Cree empezó por la batalla nacional entre Aire Fresco y el grupo de Alianza País de Javier García?
A.G: No, es que no hubo. Tanto Adriana como Mario se unieron en la elección pasada a Aire Fresco.Adriana le dio la candidatura de intendente a Carol y entró en Aire Fresco. Después, antes de las elecciones, nuestro grupo le dio la adhesión a Luis Lacalle Pou y ahí entramos en Aire Fresco. Después no sé qué fue lo que pasó, pero Alianza País tenía un camino y Aire Fresco tenía otro.
S: ¿Cuál es su mayor preocupación en términos políticos en este momento?
AG: La mayor preocupación mía es el futuro del Partido Nacional en Lavalleja. Creo que hay que programar dirigentes nuevos, gente que piense, que le guste ser Intendente para hacer cosas por Lavalleja, para hacer cosas para la gente. Gente que aglutine, gente con personalidad, gente que sea recta, que no esté hoy con fulano, mañana con mengano, pasado con perengano. Es decir, gente que sea de un mismo camino y que la gente capte que ese puede ser un buen dirigente y un buen receptor de votos para el Partido Nacional.
S: ¿Cómo cree que va a ser la relación con el gobierno del Frente Amplio? El Partido Nacional ha sido gobierno desde el ´90 y ahora tendrá que ser oposición en Lavalleja.
A.G: El lugar de oposición depende de vos, de que sos Intendente, de que sos Edil. En el caso nuestro, la edil es Carol Aviaga. Y Carol Aviaga va a trabajar por el bien del departamento de Lavalleja y va a acompañar, estoy seguro, al Frente Amplio en las cosas que sean buenas para Lavalleja. Y va a ser un gobierno dificultoso porque no olvidemos que el que salió Intendente es independiente. Y había como 30 listas apoyándolo y lugar para esas 30 listas no hay. Hoy sé que hay mucho descontento porque lugar para las 30 listas adentro de la Intendencia, no hay. Entonces, hay mucha gente molesta, y eso, por más que no quieras, se siente en la Junta Departamental.
S: Usted fue edil también.
A.G: Sí, por supuesto. Fuimos y éramos oposición, porque primero el gobierno era del Partido Colorado y nosotros estábamos “quemados” porque no dejaron ir a Wilson, con la proscripción de Wilson en el año '84, '85. Tuvimos una oposición grande. Yo era el que encabezaba las listas de edilde Por la Patria, el movimiento de Wilson, pero en el segundo año ya terminamos con buena relación con el intendente, el escribano Librán Bonino, y al final también. Siempre tuvimos una muy buena relación. Fue un buen gobierno el del escribano Librán Bonino. Pero fue la última elección en la que votabas lo nacional y lo departamental el mismo día. Y fue la ola que vino con Lacalle Herrera, donde se ganó en 17 departamentos, y ahí marchó el escribano Librán. Y fue cuando ganamos con (el Bolita) Leis.
Camionero, administrador, cursillista.
S: ¿Cómo se define en cuanto a su profesión? Ha hecho de todo.
A.G: Hice muchas cosas en mi vida, muchos trabajos. Fui camionero, fui productor, pero yo medefinía como productor rural. Porque aun siend o productor rural, tuve escritorio rural, tuve camiones, manejaba camiones en la zafra del ganado y en la zafra del arroz. Tuve algunas administraciones de estancia. Tuve muchos trabajos. Desde los 16 años siempre estuve trabajando.
S: ¿Y vinculado al gobierno departamental?
A.G: En el gobierno departamental entré en el año 1985 por la puerta de atrás. Nosotros apoyamos al doctor Zabalza, pero con la intención de Leis de hacer un grupo de gente joven. Se hizo toda la lista de ediles y faltaba la cabeza. Y ahí me pusieron a mí. Le dije a Leis “no, yo tengo mil cosas que hacer, no puedo”, pero me dijo “tenés que agarrar vos”. Después vino Pedro Zabalza y me dijo “agarra vos, Alejandro, agarra vos”. O sea que entré de rebote. Y ahí sí, ya después seguí. Ganó Leis, y yo era el suplente. Ocupé varios cargos.
S: Es un hombre de fe. Es cursillista.
A.G: Sí. Con mi señora estuvimos muchos años. Fuimos fundadores del movimiento de cursillos aquí. Nos llevaron a un grupo de aquí a Florida. Trabajamos muchos años ahí.
S: ¿Cuánto pesa la fe en un hombre?
A:G: Ah, muchísimo. Muchísimo. Hasta hoy, mis oraciones de la mañana y de la noche no las dejo por nada. Yo estuve alejado un tiempo, estuve molesto, vamos a decir, con el de arriba, porque mi señora perdió un embarazo y estábamos muy ilusionados. Y bueno, ahí me alejé un tiempo. Pero ahora estoy yendo a la capilla de la Estación, y he hecho muy buena amistad con Pablo, el cura, y realmente está haciendo un gran trabajo. Me siento muy bien. Voy a misa los domingos a las 10:00 de la mañana y uno sale muy reconfortado.
S: Jugaba al ajedrez en el Club Minas.
A.G: Había campeonatos, una rueda grande de ajedrez. Me acuerdo que hubo una vuelta que estuve en un campeonato para ir a primera y estuve entre los finalistas. Pero me pasaba una cosa rara: me acostaba y me pasaba toda la noche pensando y soñando. Dije “no, no, esto para mí no es”, y ahí me alejé del ajedrez.
S: Y después fue al ajedrez político
A.G: Con Leis. Fijate que con Leis, en la elección del 1971, éramos muy muchachos los dos, y tuvimos una reunión enfrente a mi casa, dentro de la camioneta, y Leis me convenció de que teníamos que votar a Wilson. Y que teníamos que hacer un grupo después. Bueno, después vino la dictadura y todo lo demás. Y después fue la elección del 1985. Pero ya sabíamos que yo no iba a durar en ese puesto y que por viejas rencillas que había. Y Leis me dijo, “cuando vos te quieras ir, me decís y salimos con el grupo”. En el año 1987 le dije “no, me voy”. Y ahí fundamos el grupo. Lo hicimos en la confitería de Irisarri y vino Gonzalo Gil. Y ahí entramos en contacto con Álvaro Delgado, porque Álvaro Delgado era el presidente de la Juventud de Gonzalo Gil. Y era compañero de clase de una hija mía en veterinaria. Había un grupo, siete u ocho, y ellos recorrían todas las casas, se quedaban los fines de semana en una casa de campo de uno, de otro, mirando animales. Y de ahí nació una gran amistad con Álvaro (Delgado).
S: Usted es convencional nacional del Partido Nacional. ¿Va a votar a Álvaro Delgado?
A:G: Sí, sin lugar a dudas. Vamos a acompañarlo a él.
S: Muchos dicen que Delgado decepcionó a los blancos.
A.G: Yo no sé, no te puedo decir. Por algo él eligió a (Valeria) Ripoll. Quizá él vio en el fondo que podía sacarle votos al Frente Amplio con Ripoll de compañera. Y no sé si le dio resultado o no. Yo creo que no, porque Ripoll anduvo muy mal en Montevideo. Pero bueno, tampoco frente a un gobierno como el que hizo Luis, era para perder. Pero bueno, la gente elige, vota y hay que aceptarlo.
La vieja 58 y los caudillos
S: Respecto al tema de la lista ¿está dolido porque Mario ( García) se quedó con el número de la lista 58?
A.G: La lista estaba en la Corte a nombre de la agrupación Aparicio Saravia de Lavalleja y había un ejecutivo del cual yo era el presidente. Se presentó en el directorio una lista con un ejecutivo nuevo, donde no hubo una asamblea ni un acta. Fijate que los presidentes habíamos sido Leis y yo, elegidos a través de elecciones internas. Y se presentó eso en el directorio sin la firma de ningún acta firmada por el presidente. Yo fui y me quejé, pero el directorio se lo comió y le dio andamiento. Me dieron la razón, pero ya la habían pasado a la Corte Electoral y la Corte le dio el número 58. Pero no tiene nada que ver esta 58 con la otra 58. La vieja miraba más a la gente, más a los barrios. Se atendía a toda la gente por igual. No había gente de clase superior o inferior, a todos por igual. Nunca pasó que alguien se encadenara en una puerta porque el intendente lo haya atendido con los pies arriba del escritorio y jugando con el celular. En mi caso, cuando fui intendente, las puertas de la Secretaría y de mi despacho estaban siempre abiertas. Se cerraban cuando venía una audiencia y volvían a quedar abiertas. Cualquiera que quería hablar conmigo iba y tenía una audiencia. Hubo muchas cosas muy diferentes. Mirábamos mucho a los barrios, a la gente humilde, para ayudarlos. Y eso, lamentablemente, todo eso se perdió. No se atendió a los barrios como se tenía que atender. Atendimos mucho la caminería rural, tanto en la época de Leis como en la mía, los caminos rurales estaban excelentes. Y hoy, lamentablemente, son dos o tres caminos por donde podés andar, el resto está deshecho.
S: ¿Qué debería hacer Mario García ahora?
A.G: Irse para la casa, atender a su familia, atender a su estudio y dejar. Dicen por ahí que no estuvo en una radio y que dijo que había que recomponer al Partido Nacional, pero el Partido Nacional no lo recompone él, lo recompone otra gente que tenga otras ideas y que sea más consustanciada con lo que es el Partido Nacional.
S: El único cargo que le queda al Partido Nacional es el de Adriana Peña. ¿Qué tiene que pasar con Adriana?
A.G: Y con Adriana Peña, lo que pasa es que es tan difícil, porque hoy te dice una cosa, mañana te dice otra. Fijate que yo recorrí el departamento hablando de que el mejor camino electoral era el de ella, con ella, y a los tres días de las internas, se junta con Mario, cuando recorrió todo el departamento hablando mal de Mario, de las cosas que hacía Mario. Yo creo que también es de los dirigentes que ya se debería, una vez que termine este periodo, quedar en la casa tranquila.
S: ¿Y Alexandra Inzaurralde?
A.G: El problema de Alexandra es el ego que tiene. Ya te decía, en esta reunión que tuvimos, el plan era que fuera Alexandra de intendente y Víctor Herber de candidato a intendente. Y Alexandra dijo a ver por qué no podía ser ella la candidata a intendente, y Víctor Herber dijo que él si no era candidato a intendente, no iba. Entonces quedamos en una situación.
S: Pero Alexandra resolvió no ir a la elección departamental, no presentarse, y además llamó a votar por las alcaldías, por los municipios, lo que le restó votos al Partido. ¿Eso es traición?
A.G: Yo creo que es no tener responsabilidad sobre el cargo que vos estás ejerciendo en el partido. Porque aunque no hubiera sido diputada, igual ha sido una referente junto con la lista de Vergara, atendiendo a mucha gente, en algunos casos dándole soluciones. Pero yo no le llamaría traición, sino falta de responsabilidad.
