Pablo Melgar
La idea de cercanía o lejanía es una entelequia. Cerca de qué, lejos de qué. O cerca para qué, lejos para qué. Cada quién tiene una idea de la distancia que le importa. Un amor siempre estará lejos, un cobrador insistente siempre estará cerca. La suerte siempre está lejos, la desgracia es muy cercana, anda entre nosotros. Así podríamos seguir un buen rato.
Lo cierto es que si uno se quiere acercar a uno de los puntos neurálgicos del software, los caballos caros, el lujo y la nueva economía árabe, tiene que armarse de paciencia.
El minuano deberá disponer de dos horas para llegar al aeropuerto de Carrasco, luego tres horas para llegar a Sao Paulo y desde allí la friolera de 14 horas de butaca para llegar a Dubai. Todo esto sin contar las horas de conexión y los atrasos en todas las etapas del proceso. Suma más de un día.
Dubai es un centro económico único en Medio Oriente, una de las ciudades principales de Emiratos Árabes Unidos, se ha vuelto un centro vital para la economía árabe vinculada al mundo occidental.
Lejanos del mundo de los negocios, como nosotros, y rodeados por una vecindad con ganas de pelear, esta gente hizo una aerolínea de primer nivel, Fly Emirates, con aeronaves de gran porte. Hay que ver los modelitos. Máquinas de dos pisos y filas de asientos de tres, cuatro, tres, asientos.
Un aeropuerto enorme, lujoso, con salas de siesta. Casi todas las opciones gastronómicas creadas por la humanidad están disponibles. Falta asado y cerdo. Se nota. Yo elegí una ensalada oriental pata tratar de huir de la sal occidental. Nada del otro mundo y caro, pero es Dubai.
Ya hace años los aeropuertos del mundo implementaron las salas de fumadores. Nadie fuma en las áreas comunes. Más o menos como en el Charles de Gaulle de París o en Barajas de Madrid, los fumadores están a la vista en grandes vidrieras, como testimonio de un mundo que pasó.
Por suerte largué ese vicio.
En el caso de Dubai, la marca de cigarrillos Camel instaló una sala de fumadores. Hasta ahora no había visto que las marcas se asociaran al consumo. Me sorprendió. Imagino que el nombre de la firma tendrá una relación diferente con el producto.
La primera sorpresa es la cantidad de uruguayos que viajan a estos parajes desérticos, según lo que se pudo conversar en el vuelo. Caballos y software son el tema que une a los uruguayos y los árabes. La segunda sorpresa podría ser la cantidad de brasileños, casi todos por turismo.
Esta ciudad está a cargo de la familia real, un sistema monárquico absoluto con buenos vínculos con occidente. Tal vez por eso, cada construcción tiene algo fuera de lo común. Todo marca la diferencia con el universo.
Muy cerca de allí, en la capital Abu Dhabi, está el muy español rey emérito, Juan Carlos de Borbón, quien fijó residencia por esta zona, dicen que para huir del fisco y la reina Sofía, enojada por unos deslices del monarca. A nadie le importa, salvo a la justicia occidental.
Se han abierto una serie de oportunidades de negocios por decisión del monarca local. Pocos impuestos, mucha plata las inversiones edilicias y el lujo rodeando todos los movimientos.
En pocos años abandonaron la dilapidación de la renta petrolera y se pusieron a invertir y hacer negocios de distinto tipo. Ya nadie tira la plata. Dicen los conocedores que hay cada vez menos excesos en el gusto de los jerarcas. De todos modos, hay mucho oro y Ferrari por todos lados.
Dubai concentra los negocios y la cultura de trabajadores y empresarios de más de 200 nacionalidades. Muchos la eligen para vivir y otros tantos están de paso.
Sorprende la enorme cantidad de ciudadanos de origen asiático residiendo en la zona. Esa idea de que occidente es el centro del mundo hay que sacarla de nuestras cabezas.
Las alianzas estratégicas tienen que ver con los intereses, ya no importa la visión política o el origen étnico. Por tanto, las uniones entre árabes, orientales y africanos son la norma.
Tal vez por eso, en el debate pesa cada vez más los valores éticos y morales de las sociedades occidentales. La democracia como forma de vida y la defensa de la libertad sobre todas las cosas.
De esta forma comienza una serie de crónicas que Serrano llevará a sus lectores a un viaje hacia la sociedad, la política y la economía de Taiwán. Especialmente invitados, participamos de una gira por el país asiático que incluye visitas a universidades, centros tecnológicos y tomadores de decisión al más alto nivel.
Esta es la primera crónica, está datada en el medio de una ruta universal.
