Pablo Melgar
La eventual instalación de una represa sobre el arroyo Casupá en el límite entre Lavalleja y Florida promete marcar la agenda del departamento por los próximos años. Gran parte de Gaetán y Casupá de Lavalleja quedarán bajo agua. Parece que no hay marcha atrás.
Expliquemos el caso a los extraterrestres. Montevideo es una ciudad instalada sobre la mayor reserva de agua dulce del mundo. Por eso vamos a buscar la fuente de agua a más de cien kilómetros de distancia.
Está decidido: no corre la extracción de agua del Río de la Plata. Buenos Aires lo puede hacer, Montevideo no. Acá no es tan dulce, tiene un poco de sal una vez al año. ¿Y si corremos el caño más allá? No, tampoco. Pero, un poco más allá, ¿tampoco? Tampoco.
Volvamos a Casupá. El agua de la zona metropolitana es esencial para este gobierno. Y para los otros también. Por varias razones. Estas son circunstancias difíciles. Siempre alguien se va a enojar. La decisión final la toma el sistema político con sus mayorías circunstanciales.
Pongámoslo en votos. En octubre pasado el Frente Amplio tuvo 470.466 votos en Montevideo, en Lavalleja llegó a los 14.245 votos y tiró cohetes. ¿Y en Gaetán? Ahí ganaron los blancos por goleada. ¿Dónde van a inundar 3.500 hectáreas? Está claro el resultado final del razonamiento.
Ahora, es interesante observar quién se ocupa de ayudar a los vecinos. Como era de esperar, no se ha visto ocuparse del asunto a las figuras políticas del Frente Amplio de Lavalleja. Eso que ahora tiene un gobierno para defender. ¿Habló el intendente Daniel Ximénez sobre este asunto?
De los blancos, pocos. Está la diputada Adriana Peña y algunos más. Hay más ocupados en pegarle a los colorados por lo de Batlle y Ordóñez que en esta decisión política. A su vez, los colorados están centrados en defenderse de los blancos. Mientras tanto, los vecinos se quedan solos.
En otras países las áreas contaminadas o inutilizadas por estas maniobras reciben el nombre de “zona de sacrificio”. Es decir, los países entregan parte de su territorio para que se degrade con el objetivo de un desarrollo industrial, por ejemplo. Allí nacen las estrategias de mitigación del daño.
Para eso los gobiernos disponen de recursos financieros u otras fórmulas para ayudar a los afectados de manera contundente. Acá se hable de expropiación y nada más. No solo se están llevando el agua, inundando campos y afectando la vida de familias enteras, también hacen un gran negocio.
La defensa de la gente de las comunidades pequeñas y la campaña es un asunto moral. Nuestras familias del campo se dedican a la producción agropecuaria, no al agronegocio. Algunos llevan más de un siglo en la zona. Una mayoría política circunstancial los saca de su ambiente.
El sistema político de Lavalleja no ha estado a la altura del desafío. Ya es hora de acordar caminos en común como sociedad. Los vecinos de Lavalleja tienen que apoyar a las familias de Gaetán y Casupá. Las consecuencias nos afectarán a todos de algún modo o de otro.
Más temprano que tarde se abrirá otro debate: la represa Maggiolo de Minas. ¿Acaso alguien de OSE se va a ocupar de informar en qué condiciones se encuentra? Nadie habla sobre ese tema y es una pena. Ya que están con ganas de hacer represas, aquí tienen una oportunidad de oro.
Queda poco tiempo y nos va la vida.
