En el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico.
Ryszard Kapuscinski
Pablo Melgar
El ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, se presentó este jueves en el Club Social Casupá con su equipo ministerial para defender la construcción de la represa para OSE. Un ministro en soledad.
Lo esperaban unos cuantos vecinos, muchos de ellos con una visión política muy diferente a la del secretario de Estado. La mayoría gente mayor, varones veteranos casi todos.
La reunión fue denominada como “asamblea abierta” y era el momento oportuno para hacer preguntas y sacarse todas las dudas.
Cualquier observador de la política uruguaya sabe que el Frente Amplio no se mueve de esa manera. Esta es una obra esencial para el plan del partido de gobierno.
No apareció la bandera de Otorgués, ni bombos, ni redoblantes, ni ambiente de asamblea. Lo cierto es que nadie más que un puñado de amigos de Florida defendió a Ortuño.
Fuentes del gobierno recordaron el “fantasma del Antel Arena” y aseguraron que ya “comenzó a sentirse en el ambiente”.
Ya lo advirtió el secretario de Presidencia, “Pacha” Sánchez: «que Casupá no se vuelva nuestro Antel Arena», según dijo el informante.
“Vivo, conocedor de hombres y haciendas -léase la política y el Estado uruguayo- Sánchez dio en el blanco. Su advertencia no era intuición pura y tenía algunas bases de realidad”, dijo.
Se sabe que fue un burócrata de la ex Corporación Andina de Fomento (CAF) quien marcó que el costo de la represa de Casupá sería de unos módicos 70 millones de dólares.
“Bueno, ya está virando el viento. Hablan de que falta la estimación de esto y aquello, ya piensan en 130 millones de dólares. Caro amigo, no es un termo Stanley”, bromeó el informante.
Lo cierto es que nadie se juega por Ortuño en el gobierno. En su defensa se presentó el jueves la ex senadora Amanda Dellaventura y algunas figuras de escasa relevancia del Frente Amplio de Florida, ninguno de Lavalleja.
En la mañana se reunió con el alcalde de Florida, Carlos Enciso, y al mediodía almorzó con la Mesa Política departamental. Todo en la capital del departamento vecino.
En la oportunidad no apareció el presidente del Frente Amplio, cercano al nuevo gobierno de Lavalleja y hombre de la Vertiente Artiguista, el sector de Ortuño. “Se le complicó la agenda”, consignó un dirigente cercano.
Horas antes, los ediles oficialistas de Lavalleja no aceptaron ir al debate sobre el tema con sus pares blancos. Se fueron al mazo con el argumento de “prepararse” mejor.
Los blancos celebraron la huida frentista con dos conferencias de prensa, una ocurrió en la noche del miércoles con la exclusiva presencia de Serrano y otra en la mañana del jueves.
Fue ante el público de Casupá que el edil blanco de Lavalleja Joaquín Hernández le ganó la pulseada al ministro Ortuño. El curul recibió una estruendosa batería de aplausos y el ministro el silencio respetuoso de gente respetuosa, se pudo observar.
No todos tuvieron el mismo comportamiento. El coordinador de Juntas Locales de Lavalleja, Daniel Urquiola, líder de la Vertiente Artiguista en Lavalleja, quiso ayudar a Ortuño.
En principio, buscó que el intendente Daniel Ximénez se involucre en el debate por Casupá. El jefe comunal no atendió el planteo.
Fue el nacionalista Hernández quien invitó al ministro a la Junta Departamental. Lo hizo de frente y mano: vaya y explique en Minas, ante los representantes del pueblo, los alcances y beneficios de su proyecto de represa.
Otro aspecto que está en duda es la legitimidad de la gobernanza del proyecto millonario, algo que termina poniendo en duda la legalidad de las acciones realizadas hasta el momento, según indicaron a Serrano expertos en la temática.
“¿Cuál es el rol del Ministerio de Ambiente en este proyecto? ¿La represa es para OSE o para Ambiente? ¿Cuál es el Tribunal de Alzada en caso de afectación ambiental?”, se preguntó la fuente.
Terminadas las reuniones en Casupá el ministro prometió una entrevista a Serrano y se fue a hablar, según dijo él mismo, con el alcalde de la localidad floridense. No se lo pudo localizar más tarde.