Con apenas 11 años, Valentina Silvera del Puerto alcanzó ayer la gloria en la edición número 72 del raid Independencia Nacional de Santa Clara del Olimar, alzándose con el triunfo en la prueba más extensa del calendario nacional: 115 kilómetros de pura resistencia, la distancia máxima que se corre en el país.
La pequeña jocketa, nacida en Batlle y Ordóñez, montó con temple y valentía a Abuelo Pedro, el noble caballo que la llevó a través de caminos polvorientos, entre montes y praderas, hasta cruzar la meta ante la ovación de miles de asistentes llegados desde todos los rincones del Uruguay.
La escena fue conmovedora: una niña menuda, con casco, grandes trenzas y una sonrisa amplia, levantando la mano en señal de victoria, mientras la multitud estallaba en aplausos y emoción. Muchos no podían contener las lágrimas: estaban siendo testigos de una página histórica en el deporte ecuestre nacional.
Valentina no corre sola. Detrás de su gesta hay una tradición familiar marcada por la pasión por los caballos y la resistencia en los caminos. Su madre, Mónica del Puerto, tiempo atrás, también dejó huella como destacada jocketa, y hoy ve en su hija la continuación de un legado que no entiende de edades, sino de coraje.
Junto a ellas estuvieron firme desde la camioneta el padre, los tíos y el resto de la familia luciendo los colores del Club Concordia, una leyenda de los raidistas.
“Estoy muy feliz, no es fácil ganar un raid Independencia Nacional. Fue una prueba muy larga, la segunda etapa siempre se me hace más larga que la primera pero salimos adelante. Le dedico esto a mamá y papá que me compraron el caballo, y Javier que es el que lo cuida. Para todos los que me acompañaron en la camioneta, Fernando, Tato, Arnaldo, Joaquín y los padrinos”, dijo orgullosa la niña al llegar a la meta.
Entre Santa Clara y Batlle y Ordóñez hay 77 kilómetros por la Ruta 7. El retorno de la familia Silvera del Puerto fue una fiesta por el camino y en la llegada. Estaba todo el pueblo para darle la bienvenida. Hasta el cura Leonardo Risso estaba esperándolos.
El raid Independencia Nacional, con sus 115 kilómetros, es considerado una prueba reservada para los más fuertes, tanto en lo físico como en lo anímico. Sin embargo, Valentina demostró que la grandeza no se mide en años, sino en corazón. Su triunfo no solo inscribe su nombre en el palmarés de Santa Clara, sino que inspira a nuevas generaciones de jinetes y jocketas que sueñan con conquistar las rutas del interior.
